No hay nada como pasar unos días nublados, sin saber que está pasando allá arriba. Como si un velo tapara la enorme obra de ingeniería que la naturaleza teje, para que finalmente y solo cuando la obra de arte está terminada, se retira el velo y puedes contemplar la grandiosa belleza que se ha creado.
Esto es lo que hemos vivido esta última semana, nos ha acompañado una fina lluvia intermitente, bajas temperaturas, nublos y niebla. Y esta mañana, como por arte de magia, nos hemos topado con la imagen que hoy os traemos.
Cosas así hacen muy especial este rincón de la Comarca del Marquesado, y cosas así son las que vemos día a día en La Lomilla.